Reivindicación del conde don Julián
(1970), de Juan Goytisolo
El novelista español Juan Goytisolo (1931- ) escribe
en 1970, en las postrimerías del régimen franquista, la novela
Reivindicación del Conde don Julián, así volviendo
al viejo tópico legendario de la caída de la España visigótica
por motivos del pecado sexual del rey don Rodrigo--es decir, su violación
de la hija de Julián--y el impulso de éste de vengarse de la afrenta
a su honor familiar proporcionando a los musulmanes la necesaria información
para hacer posible su invasión de la Península Ibérica.
La novela de Goytisolo representa una protesta contra el mito de una España
castiza, caballeresca y católica que fue propugnado por los historiadores
y propagandistas de la época de Franco. Por motivos de la censura, la
novela no pudo publicarse en España sino en México. En la novela un narrador anónimo, situado en Tánger
(Marruecos), imagina la destrucción de la "España sagrada"
de la cual se ha desterrado. Efectúa tal destrucción por medio
de una recreación mental de la invasión militar musulmana acaecida
en el año 711. Como signo de la disidencia que entraña esta obra,
el texto describe varias clases de transgresión cometidas contra la "esencia
española": escenas de masturbación, sodomía, violación
y homosexualidad; parodias de figuras históricas como Isabel la Católica
y Séneca; referencias insistentes a los actos de orinar y defecar, etc.
En el fragmento que se incluye a continuación, el personaje don Julián,
alter ego del narrador, también emprende un acto de traición lingüística.
En el delirio del narrador, Julián vuelve a España y participa
en la destrucción de la cultura nacional esencialista, retirando bruscamente
de la península todas las palabras de origen árabe y las cosas
que representan. Entre éstas se encuentran comidas, edificios y conceptos
arquitectónicos, innovaciones matemáticas y económicas.
(Ver el suplemento en Blackboard
sobre las contribuciones del árabe al léxico castellano). Es de
notar en este fragmento el estilo experimental del autor, quien emplea la puntuación
y la organización misma de las frases para comunicar un sentido de ruptura
y desfamiliarización. En el fragmento aparece un tal señor carpeto,
como se designa al representante simbólico de la España castiza
(se deriva su nombre del adjetivo carpetano, que significa del Reino de Toledo).
El señor carpeto se muere de hambre porque, en su afán de asegurar
la pureza del idioma, no puede comer ninguno de los platos cuyo nombre tiene
origen árabe.